Negociación de alta frecuencia: ¿hay riesgos para el pequeño inversor? Noticias 29 abril 2014 , No hay comentarios La negociación de alta frecuencia ha emergido en las últimas semanas como un asunto de debate después de la publicación del libro “Flash boys” de Michael Lewis. El autor defiende que estas máquinas manipulan el mercado y modifican la negociación afectando de forma negativa a los inversores. Vayamos paso a paso. La negociación de alta frecuencia (conocida por sus siglas en inglés HTF) se hace a través de ordenadores. Están programados con complejos algoritmos para comprar y vender tomando una ventaja de milisegundos. Detectan las órdenes y operan antes de su ejecución para ganar céntimos… multiplicados por millones de acciones. La discusión gira en torno a si es completamente legal. Un estudio realizado por una universidad americana afirma que las regulaciones tienen “definiciones no claras del HTF que fallan en diferenciarlo de la negociación algorítmica y otras tecnologías que se manejan en los mercados”, pero, por el contrario, hay pocas evidencias de que “los fallos del mercado existan requiriendo una regulación adicional agresiva de los HTF”. ¿Tienen ventajas? Los defensores explican que los HTF proporcionan liquidez en los mercados y toman ventaja sobre un spread (un diferencial o margen) entre estas diferencias de precios en milisegundos, algo que no es nuevo en los mercados, que están siempre trabajando con este spread para obtener beneficios. Por otra parte, los críticos apuntan que significa una manipulación de los precios y que las máquinas tienen errores de vez en cuando que causan grandes problemas como ocurrió el 6 de mayo pasado en Nueva York, cuando el Dow Jones se hundió un 9% y compañías como P&G perdieron un 31% en cuatro minutos. ¿Pero qué hay de ti, pequeño inversor y suscriptor de T-Advisor? Los expertos están de acuerdo en que la influencia en órdenes pequeñas es muy limitada. El HTF opera para obtener ganancias de órdenes muy grandes en un periodo muy corto (milisegundos), pero el pequeño inversor no tiene una percepción real con una orden cada mes de, por ejemplo, 10.000 euros. Sin embargo, defienden una mejor regulación para controlar lo que es legal y no, evitando resquicios en las leyes.