Volkswagen: la influencia de la gestión en las acciones Noticias 13 noviembre 2015 , No hay comentarios Hay un debate continuo entre analistas e inversores que tienen en cuenta diferentes cifras para decidir dónde invertir: algunos prefieren saber detalles sobre la facturación, los beneficios o la evolución de la demanda en el sector, entre otros; algunos otros prefieren analizar la evolución del gráfico en los mercados. Los análisis técnico y fundamental son los principales sistemas para inversores para intentar saber si la acción es adecuada para invertir. Pero, ¿qué ocurre si hay un fallo de gestión de repente? ¿Qué ocurre si los gestores han mentido en su negocio? Volkswagen es un nuevo caso de mala gestión con fatales efectos en los mercados. La manipulación de los motores de automóvil con un software para engañar sobre las emisiones de CO2 era algo inesperado, porque los mercados aceptan que las empresas hacen una competencia leal, que muestran las cifras reales de su negocio… En otras palabras, la confianza es la base de los mercados y los inversores. Si vemos el T-Report de Volkswagen, encontramos que la evolución de la acción no era positiva en el último año, pero hay una quiebra en septiembre: Un análisis comparativo con el Eurostoxx 50 muestra también esta ruptura en la tendencia: Otro gráfico apunta a la posición relativa cuando retorno y volatilidad se vinculan: Finalmente, todos los modelos muestran una profunda tendencia negativa en la evolución futura: La cuestión es: ¿qué puede hacer un inversor? Desgraciadamente, ningún modelo ni ningún análisis puede prever una gestión desleal antes de que la verdad salga a la luz. La historia de cifras falsas y manipulación es larga: Toyota y General Motors también ocultaron defectos en sus motores, Enron o Gowex manipularon sus balances y cuentas de resultados… Los tribunales son la única solución para intentar recuperar algo de las pérdidas en la inversión. Volkswagen lo sabe y por eso ha reservado 6.500 millones de euros para afrontar la larga lista de demandas por daños y perjuicios, no solo de consumidores, sino también de gobiernos. Sin embargo, hay un daño mayor: una sombra sobre una industria.